Autor: Luis Enrique Cervantes León. 

Tiempo de lectura: 7 min.

Ciudad de México: A partir de octubre de 2020 se aplica un nuevo etiquetado para alimentos y bebidas, donde los productos deben mostrar en sus empaques, sellos claros, visibles y concisos, para que el consumidor vea si el producto que está por consumir tiene exceso de calorías, azúcares, sodio o grasas (trans o saturadas), lo que podría afectar su salud en un futuro. Por ello, te invito a saber más al respecto dando clic aquí.

Esto nos va a permitir obtener algo muy valioso, información. Pero no información a la cual seamos ajenos o incapaces de apropiar, sino información que sea entendible, que podamos analizar y considerar al momento de hacer nuestras compras, por lo pronto en el colectivo ya se estableció un parámetro: “mientras menos sellos mejor”. No es lo mismo ver una tabla nutrimental de un producto que puede tener 10 g de grasa saturada, 500 mg de sodio, 30 g de azúcares o 1,000 kcal que tener de 1 a 5 sellos que te indiquen si esas cantidades pueden ser más de lo que tu organismo necesita. por mencionar algunos.

Y así como esta medida se debe de aplaudir a la Secretaría de Salud, también debemos voltear a otros aspectos de nuestra vida que también necesitan reformarse para tener este tipo de calidad en la información que presentan, porque así como existe la salud física también hay una salud financiera o bienestar económico que se debe procurar, el cual no recibe la misma atención, a pesar de que existen grandes problemas relacionados a ello, como los fraudes, la morosidad o la poca inclusión financiera.

Hace unas semanas terminó el “Buen fin”, y las cifras con las que cerraron las ventas son por demás positivas, considerando la situación que atraviesa el país. Según el Economista en la CDMX se registraron compras por 25,000 millones de pesos (4.3% más que el año pasado), en Querétaro subieron las ventas un 5% respecto a 2019, la inflación se desaceleró en la primera quincena de noviembre, en fin; la derrama económica que generan estos eventos de descuentos provoca efectos positivos al país, sin embargo, en el ámbito personal puede ser totalmente lo opuesto. El Financiero advierte que “de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico) el gasto en tarjetas de crédito entre el 9 y el 20 de noviembre sumó 55 mil 267 millones de pesos, un 67 por ciento más que en el mismo periodo del mes previo”, lo cual quiere decir que muchas de las operaciones que se realizaron durante el “Buen Fin” se realizaron a crédito, algo muy común, ya que se desea aprovechar las promociones u ofertas, esas ansias muchas veces nos puede llevar a adquirir compromisos que estén fuera de nuestras posibilidades, y desafortunadamente la habilidad de los vendedores, la publicidad engañosa y el desconocimiento del consumidor son factores que perjudican la toma de decisiones. 

Es precisamente este el punto en el que vale la pena detenernos, seguramente muchos hemos entrado a portales en internet de tiendas departamentales, supermercados o de cualquier otro comercio que venda algún producto o servicio y en ellos se puede ver que sus precios de contado o a crédito, promociones u ofertas, tiempos de entrega, disponibilidad y tasas de interés se presentan de una forma totalmente diferente entre ellos. En algunos van a priorizar que se vea el precio de los pagos en semanas o quincenas para que así, al ver un pago accesible se genere la idea de que la compra es posible, también van a poner los meses sin intereses sin indicar la cantidad mensual que se va a pagar, o te van a mostrar el precio con descuento para que cuando vayas a pagar te des cuenta que este precio aplica solo con ciertas tarjetas participantes y que, por lo tanto, al usar otra forma de pago el precio subirá y; últimamente, hasta el final de tu compra te dicen que el producto que vas a comprar lo recibirás hasta dentro de 3 meses por la saturación de pedidos.

Si, tenemos una gran variedad de opciones de tiendas y supermercados y cada quien es libre de presentar su información de la forma que más le convenga es evidente que van a tratar de hacerlo de forma que puedan atraer a los consumidores con aquellas características que los destaquen del resto, pero es aquí donde también las autoridades en materia financiera deberían entrar para regular que la información que se presente sea clara, visible y concisa, tal como sucede con el etiquetado de alimentos y bebidas. Si bien existen algunos elementos que se han buscado incorporar en cierto tipo de productos como el CAT en créditos bancarios, en las compras de bienes o servicios a crédito no existe algo que ayude a que se muestre toda la información que se debe considerar al hacer una compra.

Para poder establecer qué es “bueno o malo” se deben generar algunos parámetros, en México, según datos del Inegi, prácticamente el 60% de la población ocupada percibe de 1 a 2 salarios mínimos, lo cual es equivalente a percibir menos de $8,000 mensualmente. Condusef establece que la capacidad de pago se debe determinar de restar los gastos a los ingresos, por lo que dicha capacidad de pago variará en función de cómo cada persona gestiones dichas variables; sin embargo, para efectos ilustrativos vamos a considerar un 30% de los $8,000, que es donde se encuentra la mayoría de la población, por lo que la capacidad de pago quedaría en $2,400, con esto tenemos un primer parámetro. El siguiente será la tasa de interés, la cual Banxico establece en tarjetas de crédito clásicas en un 30% (una tasa cercana a las tasas de interés de créditos personales), por lo que ese será nuestro segundo parámetro, finalmente los expertos señalan que la duración máxima ideal para una deuda por un bien de consumo no duradero debe ser máximo un año. 

Con estos tres indicadores, capacidad de pago, tasa de interés y plazo, se podría hacer un bosquejo de los sellos que deberían de tener los artículos que se puedan comprar a crédito:

* Excede capacidad de pago al contado: Donde cualquier artículo o servicio que supere los $2,400 en su precio de pago de contado afectará las finanzas de la persona que lo compre, si es que no tiene un fondo de ahorro que respalde la compra.

* Disminuye capacidad de pago en % al pagar a crédito: Cuando se compre a crédito  este sello debe señalar cuánto se afecta la capacidad de pago, por ejemplo si la mensualidad del producto o servicio es de $1,200, deberá señalar que la capacidad de pago se reducirá en un 50%, con esto el consumidor sabrá que si excede el 100% de su capacidad de pago, podrá tener problemas financieros.

* Exceso de intereses: Si la tasa que se cobra a por una compra a crédito es mayor al 30%, el producto o servicio deberá incluir este sello para señalar al consumidor que su compra se encarece mientras más tiempo tarde en pagarla.

* Exceso de plazo: Este sello se deberá mostrar cuando la “promoción” incluya períodos de pago mayores al año, ya que esto implicaría que el consumidor estará endeudado por más tiempo del recomendado, lo que vulnera su capacidad de adquirir otros bienes durante ese periodo y lo deja expuesto a que una emergencia afecte gravemente sus finanzas. 

* Exceso en tiempo de entrega: Cuando el tiempo de entrega supere los 15 días se debería incluir este sello en el artículo, con lo que se informa al consumidor que se compra demorará en recibirse para que así pueda decidir si espera o busca otras opciones.

Si bien ni el etiquetado, ni los sellos garantizan que los problemas se vayan a solucionar de un día a otro si visibilizan las prácticas que llevan a cabo las empresas, y seguramente si un producto actualmente tiene cuatro sellos buscará la forma de quitarse uno o dos en el mediano plazo. En el supuesto que se abordó dentro de este texto podría pasar algo similar si se llevará a cabo con los artículos que se compran a crédito, con eso el beneficio va directamente para los consumidores.

Cuando las instituciones dan el primer paso, a nosotros nos toca dar el siguiente, siendo conscientes y consistentes a la hora de elegir, si veo un producto de 4 sellos y lo consumo entonces no podemos avanzar como sociedad. Así como se avanza en unos rubros, se debe buscar mejorar las condiciones en otros, replicando las buenas prácticas y solicitando que las instituciones equiparen esfuerzos al momento de regular, supervisar y sancionar.

Fuentes: 

4 comentarios

  1. Totalmente acertado.
    Si en cada artículo que esté disponible a compra se tuviera acceso a esa información financiera, las personas quizá pensarían si realmente vale la pena comprarlo, lo cual tendría un beneficio a la economía del mexicano promedio.
    El consumismo en el que el país se ve sometido, y la ignorancia de la mayoría de la población, es algo que podría combatirse si se diera la información que se habla en el artículo.

    1. Author

      Gracias por el comentario, https://tinyurl.com/yxd7mcyd en este artículo de “El Economista” puedes ver cómo cuando la información visibiliza ciertas prácticas, se da un efecto dominó en el que los productores buscarán mejorar la imagen que proyectan y esto a su vez beneficia a los consumidores. Mientras se aplica algo similar por las autoridades en materia financiera te invitamos a seguir pendiente de nuestro blog para que sigas informándote de temas igual de interesantes. Saludos.

  2. Un artículo de lo más interesante, se tiene muy poca información financiera en el país y que artículos con un texto tan claro y preciso acerca del tema lo hace fácil de entender.
    Aparte de una gran idea los sellos y que debería ser, si no aplicada, enseñada a más gente que no comprende lo que conlleva el comprar a crédito

    1. Author

      Gracias por el comentario, si se tiene mucha información sobre educación financiera en el país, desafortunadamente no toda es clara, la mayoría es redundante y no se aterriza en un uso práctico. Te invito a seguir al pendiente del blog, ya que nuestros artículos buscan atender esas necesidades. Saludos.

Responder a Diego Ricardo Carrasco Luna Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *