Autor: Lic. Jacob Luelmo Salazar.

Tiempo de lectura: 7 min.

Como cada año, después de una larga espera, ha llegado la temporada decembrina y con ella la alegría de los festejos, la comida, un ambiente de armonía, pero sobre todo, los regalos; pues quién no disfruta despertar el 25 de diciembre y encontrar un obsequio junto al mayor ícono de la temporada: el árbol de navidad.

Diversas culturas se atribuyen el origen de la tradición del árbol navideño; sin embargo, la que más se asemeja a nuestra actual usanza, es una antigua costumbre celta que consistía en decorar un roble con frutas y velas durante los solsticios de invierno, pues de acuerdo con sus creencias, esta era una forma de reanimarlo y asegurar el regreso del sol.  

Nosotros hemos sustituido las frutas por esferas y las velas por luces de colores; no obstante, pese a la alegría que trae para chicos y grandes, dicho ornamento de temporada invernal,  ¿te has puesto a pensar en el riesgo que representa?

Para ilustrar un poco lo anterior, en 2018 Autoridades de Protección Civil de nuestro país, informaron que durante la temporada decembrina, el 60 por ciento de los incendios reportados, tanto en casa habitación, como en centros de trabajo, estuvieron ligados a un árbol de navidad. Y ante este alarmante dato la pregunta es: ¿Los damnificados contaban con una cobertura ante tal siniestro?

Según cifras de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), solo el 26 por ciento de las viviendas en México cuenta con un seguro de casa habitación y apenas el 6.5 por ciento de los hogares están asegurados, sin estar vinculados a un crédito hipotecario. En cuanto a los negocios, únicamente el 5 por ciento de las microempresas están aseguradas, mientras de las medianas y grandes empresas solo el 50 por ciento cuenta con algún tipo de seguro para este tipo de siniestros. 

Es aquí donde debemos hacer una reflexión, pues la vivienda es considerada como uno de los principales activos, es decir una forma de ahorro e inversión para preservar nuestros recursos.  En este sentido, es de suma importancia aprender a proteger nuestro patrimonio, y para ello debemos aprender a identificar los riesgos a los que se encuentra expuesto, así como conocer las coberturas disponibles que nos ayuden a disminuir la pérdida en caso de ocurrir un siniestro.

Lo primero que debes saber es, ¿qué es una cobertura de daños?. Es un seguro que cubre los daños materiales que puedan sufrir los bienes que representan el patrimonio del asegurado,  y en relación con el tema citado anteriormente, una de sus  coberturas es por los daños causados como consecuencia de un Incendio/Rayo.

Posteriormente, para conocerlo de manera general, citaremos los dos esquemas bajo los cuales puede darse su contratación: Todo Riesgo y Riesgos Nombrados. La diferencia entre un esquema y otro radica en el alcance de la cobertura, es decir, mientras que la primera cubre la pérdida o daño material a consecuencia de cualquier causa accidental no excluida en la póliza; la segunda establece de manera específica los riesgos que sean del interés del contratante, lo cual siempre dependerá de las condiciones particulares.

Por ejemplo, una vivienda o negocio ubicada en un área céntrica o avenida principal, se encuentra mayormente expuesta a sufrir daños daños a causa de un disturbio o alboroto popular. En este caso, el contratante, puede optar por una póliza a todo riesgo o bien contratar solo la cobertura de huelgas y alborotos populares bajo el esquema de riesgos nombrados.

Es importante también señalar que, adicionalmente ambos esquemas permiten la contratación de coberturas por pérdidas consecuenciales, es decir, por las pérdidas derivadas del siniestro, como pueden ser:  remoción de escombros, gastos extraordinarios, pérdida de utilidades, gastos fijos y salarios, entre otras. 

Por ejemplo, un edificio arrendado se desaloja debido a que sufrió daños a causa de un incendio; como consecuencia, la empresa arrendadora -el asegurado- dejará de percibir ingresos por concepto de la renta del inmueble. En este caso, puede extender la cobertura de su póliza e incluir esta pérdida consecuencial como pérdida de rentas. 

Como puedes ver, contar con una cobertura de incendio es una herramienta eficiente que nos ayuda a disminuir el menoscabo de nuestro patrimonio. En cambio, es importante señalar que una póliza de seguro no significa que estemos exentos ante el riesgo, pues debes recordar que el riesgo jamás desaparece, solo se administra. 

Por esta razón encontramos en esta época una buena oportunidad para hablarte un poco acerca de esta cobertura del seguro de daños, sin hacer a un lado las recomendaciones en materia de seguridad y prevención, como pueden ser:

* En el hogar, como en el trabajo, identifica vías de evacuación  y sitios seguros; 

* Ubica extintores y equipo de seguridad, procura tener al menos un extintor pequeño en tu hogar y que sea del tipo ABC.

* Antes de salir o ir a dormir, asegúrate de no dejar encendidas velas, calefactores, parrillas, cafeteras  o en esta temporada el árbol de navidad.

Para concluir,  estas fechas de armonía y reflexión son un buen momento para citar aquella frase que dice: “más vale prevenir que lamentar”, y en este sentido, contar con una cobertura de riesgos -como la de incendio- puede ser la almohada que nos de tranquilidad y asegure poder disfrutar de una Feliz Navidad.   

Fuentes:

Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros. Comité de Daños. Consultado 14/12/2020 Retomado de https://bit.ly/3njOC1j 

Luteo M. (2019, noviembre 26). ¿De donde viene el árbol de navidad? National Geographic/Historia. Retomado de https://bit.ly/39ZnJfq

NOTIMEX. (2017, noviembre 26). Accidentes con árboles de navidad generan 60% de incendios. Excélsior/ Nacional/ Seguridad. Consultado 14/12/2020  Retomado de https://bit.ly/2M0EHQN 

Zepeda C. (2019, marzo 19). Pocas viviendas están aseguradas pese a que el 41% del país está expuesto a fenómenos naturales: AMIS. El Financiero/Economía. Retomado de https://bit.ly/2IMbJTd

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