El crédito habla de mi persona

“Tu calificación de crédito no es una representación de dinero, es una representación de deuda” (Dave Ramsey).

Las personas a lo largo de su vida tienen deseos y necesidades como alimentos, ropa, diversión, aparatos electrónicos, accesorios, etc., la cuestión es que para tener una buena administración de su dinero es necesario que reconozcan la manera en que pueden satisfacerlos de forma adecuada, siendo una de las alternativas el crédito, que es conocido como una herramienta financiera que si es correctamente utilizada, puede otorgar grandes ventajas.

Sin embargo, existe una variable la cual corresponde a qué tan consciente puede llegar a ser la persona para utilizar estos recursos de manera responsable y sobre todo cuidarse del robo y duplicidad de identidad; para eso, en primer lugar se debe definir el crédito y así poder tomar en cuenta las recomendaciones que nos ayudan a hacer un buen uso de él y de uno de sus principales  productos, como es la tarjeta de crédito. 

Si bien podemos decir que parte del salario que perciben las personas como retribución de las actividades realizadas en una empresa es para solventar sus necesidades y en algunas ocasiones con ayuda del ahorro, pueden cumplir algunos de sus deseos, es preciso contemplar que no todas tienen la posibilidad de contar con un ingreso que pueda cubrir estas variables, de tal manera que deciden acudir a una institución para pedir un préstamo o adquirir un producto de crédito (por ejemplo: crédito personal, de nómina, hipotecario, automotriz, tarjeta de crédito, entre otras opciones).

Pese a que no es correcto generalizar, la mayoría de las personas adquieren productos de crédito sin sacarles el mayor potencial, ya que a veces es utilizado para saldar deudas o cubrir un imprevisto, debido al inadecuado manejo de su dinero, es en ese momento donde las personas recurren al crédito y empiezan a generar un historial crediticio que a veces se puede tornar negativo, por los malos hábitos o por la falta de responsabilidad en cubrir de forma oportuna los pagos.

Para entender mejor, empecemos por reconocer que el crédito es un producto muy útil y común que sirve para aumentar el poder adquisitivo y ayudar a lograr metas financieras, este se reconoce como un préstamo de dinero que realiza una persona (acreedor) en donde se genera un compromiso para el cliente (deudor) en devolverlo a futuro de forma parcial, más el pago de intereses determinados por la institución que otorgará los recursos, esto debido al uso temporal que se le dará.

Una de las principales instituciones que otorgan créditos son los Bancos y es de suma importancia reconocer que el dinero que ponen a disposición para las personas que requieren de esta herramienta, no proviene de los recursos propios de la entidad, si no de aquellos que captan a través de diversos instrumentos como las cuentas de ahorradores y depositantes, mismos que confían sus recursos al Banco, el cual tiene el compromiso de otorgarlos en cuanto los requieran. Por esta razón es que se debe asegurar que los recursos que se brindan en el crédito deben regresar a la entidad, ya que en algún momento deben devolverse a  los “dueños del capital”, para ello, es que en algunos casos, se solicita un aval o garantía al momento de solicitar un crédito.