Autor: Alejandro Munguía Díaz.

Tiempo de lectura:  4 minutos.

Nuestros hijos, sobrinos o nietos viven una realidad que difícilmente a nosotros nos hubiese tocado experimentar. Situaciones como las que nos encontramos en la actualidad, con alumnos estudiando desde casa —no recuerdo que sucedieran—, desde el terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México, cuando también se interrumpieron las clases mucho tiempo y después había clases por televisión.

Más de 160 países cerraron clases de forma indefinida, lo que afectó a 1500 millones de estudiantes en todos los niveles educativos, por lo que el eco del virus COVID19 en las aulas podría durar varios años causando una severa crisis en el aprendizaje a corto y mediano plazo. Por lo que durante el periodo del año 2020 se pudieron perder 10 billones de dólares en ingresos.

Estas pérdidas, pueden aumentar las tasas de absentismo que corresponde al 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y los países más pobres no podrán alcanzar la curva de aprendizaje que se tenía prevista antes de la pandemia; por lo que el Banco Mundial señala que esto podría aumentar considerablemente al 63 % la deserción escolar, lo que equivale a 72 millones de niños que cursan el nivel primaria.

Por otro lado, ante la situación educativa actual en México se tomó la decisión como en muchos otros países de proporcionar clases a distancia o como también algunos expertos en el tema le llaman: “Enseñanza remota de emergencia”. Los resultados obtenidos no han sido los esperados; por ejemplo, en nuestro país existen lugares donde el internet no llega o la calidad de la banda ancha, lo que produce una señal baja o mala, otro factor que ha influido en este aspecto es que no muchas familias no cuentan con los medios para poder costear dicho servicio, además de la falta de dispositivos ya sea móviles (tabletas o equipos celulares) o equipos de cómputo, derivando en un número considerable de obstáculos para que las personas puedan alcanzar los objetivos planteados en el programa.

En este orden de ideas, se conocen índices que apuntan a la alza en la cobertura móvil; sin embargo, hay gente que aún se encuentra rezagada en este tema. Al término del año 2019 las tasas de acceso a internet eran del 20.4 % en comparación al 62.5 % que han registrado otros países más avanzados.

Lo que provoca la necesidad de aumentar la capacidad de nuestro internet, con lo cual se puedan abrir los espacios que favorezcan a las compañías que se dedican a proporcionar estos servicios digitales a lograr expandirse. Pero, es importante considerar que el financiamiento público también se desvía para atender otras cosas urgentes en materia política, o de servicios de la salud en primer lugar a causa de este virus y la nueva cepa que comienza a crecer.

David R. Malpass, Presidente del Grupo Banco Mundial, comenta: “La falta de medidas para abordar la deuda en la actualidad privará a una generación de niños de la educación y las oportunidades que les permitirán generar prosperidad para ellos y para sus familias”.

Si el presidente del Banco Mundial está preocupado por cómo encontrar la respuesta para salir de esta situación donde millones de educandos están retrasados. Aunque ningún país estaba preparado para una situación tan complicada en donde vivimos aislados, encerrados y protegiéndonos con las medidas sanitarias dictadas por las autoridades, se debe hacer conciencia acerca de la importancia de la educación que están recibiendo los y las mexicanas.

Nuestro país tiene una misión complicada más no imposible; pero, ¿los alumnos están preparados y motivados para aprender? la respuesta es SÍ, aunque se necesita el apoyo de la comunidad y de la sociedad para darle seguimiento a las actividades educativas.

Los maestros o docentes en México tienen una función más complicada ya que como nos hemos dado cuenta las herramientas tecnológicas con las que se cuentan resultan un poco ajenas a su labor diaria, lo que lleva a plantearse un plan de desarrollo para todos los niveles que involucre a toda aquella persona que sea profesor, facilitador y educador mostrando cómo se usan las herramientas digitales, además de tener el apoyo de distintas áreas como las entidades financieras proporcionando distintos tipos de créditos para que adquieran el equipo de cómputo necesario para continuar con las clases. 

En su momento,  el ex Secretario de Educación Pública Esteban Moctezuma Barragán, mencionó que las clases se reanudarían en el 2021, siempre y cuando el semáforo epidemiológico se encontrara en verde. A lo que nos salta la siguiente interrogante, ¿las escuelas serán espacios seguros? la respuesta podría ser que si no existe o se detalla un plan donde todos los niños y jóvenes tengan asegurada y garantizada su salud, estaríamos bajo un escenario donde probablemente  ningún padre de familia permitirá que sus hijos asistan para convivir con más de 40 niños en un solo salón y más de 250 compañeros en una sola escuela, por lo que los protocolos de higiene deben ser considerados al 100 % de efectividad para descartar que alguien se llegue a infectar por el COVID-19.

Los sistemas educativos deben estar bien administrados, que cuenten con directivos escolares para promover la enseñanza y que sea eficiente y perdurable, vinculando el uso de la tecnología esto con el fin de que el aprendizaje sea asimilado de una mejor manera sin dejar atrás las herramientas con las que ya hemos aprendido a trabajar diariamente y que nos costó trabajo aprender en esta contingencia, lo que nos lleva a reflexionar sobre que esta situación representa el principio de una nueva era en el adiestramiento y capacitación de las generaciones nuevas.

En Banco Mundial desde antes de la pandemia ya había una intranquilidad sobre los modelos educativos y sobre la puesta en práctica de los mismos, precisando que veía una clara tendencia de que cualquier niño de alrededor de 10 años pueda comprender un simple texto.

Existen países donde la capacitación para los docentes y servicios para ellos mismos son escasos, por lo que gobierno, organizaciones civiles, comunidad y padres se podrían convertir en copartícipes para secundar la educación, argumentar el peligro del virus y que los alumnos, incluyendo niños y jóvenes con alguna discapacidad y otros estudiantes vulnerables deben reponerse en un futuro próximo gracias al encauzamiento incluyente.

Siempre existió desasosiego con respecto al tiempo que durará esta crisis, pero no cabe duda del papel que siguen desempeñando padres y educadores que ha sido y será fundamental para que nuestros pequeños de todas las edades regresen a clases presenciales. Todos sin hacer menos a nadie merecen nuestra gratitud siempre, aunque la pandemia haya sido derrotada recordaremos este acto de responsabilidad y amor.

Fuentes:

SEP. (13 de enero de 2021). Boletín SEP no. 5. Blog. Ciudad de México. Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-sep-no-5-se-reunen-en-un-primer-encuentro-el-secretario-de-educacion-publica-esteban-moctezuma-barragan-y-delfina-gomez-alvarez?idiom=es 

Banco Mundial. (7 de mayo de 2020). Pandemia de COVID-19: Impacto en la educación y respuestas en materia de políticas. Entendiendo la pobreza-Educación. Recuperado de:  https://www.bancomundial.org/es/topic/education/publication/the-covid19-pandemic-shocks-to-education-and-policy-responses 

SEP. (13 de enero de 2021). Boletín SEP no. 6, Blog.  Ciudad de México. Recuperado de:  https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-sep-no-6-registran-docentes-de-bachillerato-mas-de-200-mil-participaciones-en-diversas-actividades-y-cursos-de-capacitacion-en-2020?idiom=es 

Alasuutari, H. (20 de abril de 2020). Abordando la desigualdad en la educación durante y después del COVID-19. Los retos de la educación inclusiva. Banco Mundial Blogs. Recuperado de: https://blogs.worldbank.org/es/education/abordando-la-desigualdad-en-la-educacion-durante-y-despues-del-covid-19-los-retos-de-la

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